martes, 30 de junio de 2009

El mundo Google en Argentina


El gerente de comunicación para productos Google en Latinoamerica, Daniel Helft, dio una conferencia de prensa en el auditorio de la escuela TEA. Habló del mecanismo de la empresa, del financiamiento y el control de la privacidad, entre otras cosas.

Helft aseguró que Google "no se siente un medio", sino que es un administrador de información. También explicó que el buscador más importante del mundo se mantiene gracias a la publicidad y que trabajan en defendiendo la privacidad de los usuarios.

Audio completo de la charla:

sábado, 20 de junio de 2009

Manos a la obra

Voluntarios construyendo con la familia asignada



Todo argentino tiene derecho a poseer una vivienda digna. Lamentablemente, la situación económica y social del país impide que miles de sus ciudadanos puedan desarrollarse y satisfacer sus necesidades básicas. A partir de esta falta, nacieron numerosas organizaciones no gubernamentales (ONGs) que pretenden, a partir de la colaboración y concientización de la sociedad, solucionar los problemas de los que se encuentran en situaciones críticas.

Un Techo Para Mi Pais (UTPMP) es una de las organizaciones sin fines de lucro que se encarga de proporcionales un hogar a aquellas personas que viven en extrema pobreza en 15 paises de Latinoamérica, entre ellos Argentina que cuenta con 85 mil familias en situación habitacional deficitaria. El proyecto incentiva a jóvenes a colaborar construyendo casas para los necesitados quienes también aportar su grano de arena para conseguir un hogar digno.

Hace dos años UTPMP se dedica, en Argentina, a la construcción de casas prefabricadas con la participación de voluntarios que se trasladan a los barrios más cadenciados de la ciudad y el conourbano bonaerense, Córdoba capital y Rio Cuarto. Hasta el momento llevan construidas 884 viviendas con la colaboración desinteresada de 5.500 personas.

“Trabajamos con los más pobres entre los pobres, los más marginales dentro de los marginales”, contó Mercedes Falcón, directora del Área de Detección y Asignación de hogares, y una de las más de 80 personas que trabajan en la ONG. Explicó que el criterio para seleccionar a las familias que serán beneficiadas se basa en la necesidad y en la urgencia evidente.

El valor de la obra se cubre con donaciones de empresas, ya sea de dinero o materiales. La familia, a su vez, debe abonar el 10 por ciento del costo total, que ronda los 400 pesos. María Jesús Barro Madero, quién es miembro de UTPMP desde sus inicios y, además es la responsable de lo efectuado en el barrio Maquinista Sabio, confesó que a muchas familias les resulta difícil reunir el dinero, pero que la organización lo exige porque “su política es no ser asistencialista e incentivar la cultura del esfuerzo”, y agregó que “es importante que ellos sientan la casa como propia y no que fue un regalo. No se va a levantar sus casas y listo, se va a ayudarlos para levantarlas”.

Origen de UTPMP

Hace diez años, Un Techo Para Mi Pais, fue casualidad, y hoy es una misión que se va expandiendo al resto de los países latinoamericanos, donde más de 200 millones de personas viven en situación de pobreza, y de esos, 80 subsisten con menos de dos dólares diarios.
Del otro lado de la cordillera, en el verano de 1997, un grupo de universitarios se encontraba misionando y compartieron con una familia de un asentamiento la experiencia de construir su hogar. Al regresar a su ciudad, se contactaron con un sacerdote, Felipe Berrios, que tenía en mente el proyecto de construir viviendas de emergencia en el sur del país, y gracias a la voluntad de los estudiantes y la eficaz e innovadora idea de Berrios, en la actualidad el capellán del proyecto, en el invierno del mismo año se alzaron 350 casas.

Después de aquel episodio, el proyecto se expandió a todas las regiones chilenas y como consecuencia nació en 2001“Un Techo Para Chile” y, con la intención de acaparar la misma necesidad en Latinoamérica, se consolidó “Un Techo Para Mi País”.

Por Paula Galloni, Daiana Niño y Ma.Sol Tiscornia


Entrevista a voluntaria

“Un shock de realidad”





Para ser parte de Un Techo Para Mi País no hacen falta trámites ni cumplir requisitos, simplemente hay que tener la voluntad para cambiar el propio estilo de vida y movilizarse, durante un fin de semana, a las zonas más carenciadas del país. María Paula Valenti tiene 20 años y desde que conoció la iniciativa a través de su hermano, no para de cumplir el sueño de tener un techo propio.

- ¿Qué fue lo que te convenciò para ser parte de UTPMP?
Nunca había escuchado una propuesta parecida. Mucho menos la participación de tantos jóvenes.

- En total, ¿cuántas veces participaron?
Estuve en 9 construcciones. Fui por primera vez en octubre de 2007 a un barrio de la provincia de Buenos Aires que se llama Maquinista Savio. Ese mismo mes volví a ir al mismo barrio junto con la empresa Skanska. También estuve en La Matanza y en 2008 participé de la construcción masiva más importante ya que tuvo carácter internacional; éramos alrededor de mil jóvenes argentinos junto con 500 de otros países latinoamericanos. Este año, estuve primero en Río Cuarto, después nuevamente en Maquinista Savio y el fin de semana del 25 de Mayo, construí junto a mil jóvenes en cinco barrios distintos de la provincia de Buenos Aires, teniendo carácter de la construcción más importante que se organizó desde la sede Buenos Aires. Por último, hace dos semanas estuve en Córdoba.

- ¿Qué sentís cada vez que llegás a los barrios y ves el estilo de vida que llevan las familias?
Es un shock de realidad, siento mucho dolor. Lo que más me impresiona con respecto a como viven es que los ambientes son realmente chiquitos y, por lo general, se amontonan muchos de una misma familia.

- ¿Cuáles son las primeras reacciones de los miembros de las familias al conocerlos?
Los primeros en querer conocernos y compartir la obra con nosotros son los chicos. Con el correr de las horas, al ver que realmente el trabajo que les prometieron se lleva a cabo, los adultos se logran soltar y la mayoría se abre con todos los voluntarios de una forma maravillosa.

- Ser voluntaria, ¿te hace ver la vida de otra manera?
Me cambió totalmente la forma de pensar y ver la realidad. Ya no camino por la calle evitando ver a la gente que está durmiendo o juntando cartones. Se que no es lo correcto pero simplemente nos acostumbramos a verlo. No existe ninguna ley humana que avale que una persona, igual a cualquiera de nosotros, esté ganándose la vida mirando en bolsas de basura.

- En aproximadamente dos años ya fuiste parte de nueve construcciones y, seguramente, este año participes en algunas más, ¿qué es lo que te motiva a seguir luchando en un país tan injusto?
Como decía antes, es injusto que la gente tenga que vivir en la basura para sobrevivir, es un dolor profundo el que me causa entender eso pero, a la vez, es justamente lo que me motiva a seguir luchando por esto que es tan básico y necesario como un techo digno para personas que realmente lo necesitan. Es una oportunidad para que puedan salir adelante afrontando las condiciones en que les tocó vivir.

Por Paula Galloni







martes, 16 de junio de 2009

Lepra: enfermos injustamente discriminados


La lepra es, desde hace siglos, una enfermedad plagada de mitos y prejuicios. Los pacientes que la padecen fueron históricamente discriminados y apartados de la sociedad. Sin embargo, actualmente es completamente curable y de muy difícil contagio. Una persona infectada, que hace el debido tratamiento médico, puede seguir adelante con su vida cotidiana, dar la mano, abrazar, ir a trabajar, tomar mate y estar en contacto con gente sin representar ningún riesgo para los demás.

LA DISCRIMINACIÓN


El problema más grande al que se enfrentan los pacientes no es la enfermedad en sí: hay antibióticos que se entregan gratuitamente en todos los hospitales del país y aun los casos más graves, si son diagnosticados a tiempo, llegan a curarse sin dejar secuelas importantes. Es la estigmatización lo que más los afecta.


"El desconocimiento de la lepra por parte de la población en general y hasta de la comunidad médica es la principal causa de discriminación. Esa ignorancia provoca el daño social, económico y psíquico del paciente y su entorno", sostiene el Dr. Roberto Escalada, dermatólogo y asesor médico de la Asociación Alemana de Asistencia al Enfermo con Lepra y Tuberculosis (DAHW).


CAMPAÑAS


La información es la herramienta más acertada para combatir los prejuicos. Para esto, la Sociedad Argentina de Dermatología (SAD) realiza la primera semana de octubre de cada año la "Campaña Nacional contra la lepra". El Dr. Jorge Tiscornia es dermatólogo y estuvo a cargo de las últimas tres ediciones del ciclo y explica que la difusión es fundamental para que la población y los médicos estén atentos para detectar rápidamente los síntomas de la enfermedad. "El diagnóstico de la lepra no es sencillo. En la persona infectada se puede presentar desde una mancha hasta lesiones en los órganos internos. Hay pacientes que llegan a estar años sin que se detecte la patología y eso dificulta el tratamiento".


Campaña 2008 para radio de la Sociedad Argentina de Dermatólogía, con el actor Luis Landriscina:








EL CONTAGIO


La lepra es una enfermedad infecciosa y, efectivamente, es contagiosa. Pero el riesgo de transmición es muy bajo: es necesario convivir durante años con un enfermo para contraer la enfermedad y, además, la mayoría de la gente es inmune a padecerla. "El contagio de la lepra está en relación a las defensas de las personas. Se calcula que en el total de la población, el 80% es resistente a la enfermedad", afirma Escalada, quien fue presidente de la Sociedad Argentina de Leprología.


LOS MÁS PERJUDICADOS


Una mujer que fue abandonada por su marido, una maestra a quien la echaron del colegio donde trabajaba, un abuelo al que no lo dejaban alzar a su nieto, familias que obligaban al enfermo a comer apartado. Todas son situaciones de discriminación que los enfermos sufren en su vida diaria. "Tuve una paciente cuyos vecinos le apedrearon e intentaron quemar su casa cuando se enteraron del diagnóstico", confiesa Escalada.


EL PRESENTE


En Argentina, se detectan entre 300 y 400 nuevos casos de lepra por año. En el país ya no es considerada un problema de salud pública. Si el enfermo es diagnosticado a tiempo, es prácticamente seguro que se curará. "Afortunadamente, hoy en día los pacientes salen adelante y en la mayoría de los casos no padecen secuelas. Por eso son muy importantes las campañas de difusión y la conscientización de la población para que se pierda el prejuicio contra esta enfermedad", concluye Tiscornia, encargado del consultorio de Lepra del Hospital Cosme Argerich.

Entrevista completa al Dr. Jorge Tiscornia













Por María Sol Tiscornia


lunes, 15 de junio de 2009

Tractorazo solidario


Este domingo se realizó un tractorazo organizado por un grupo de adolescentes solidarios de la institución CISSAB -en la localidad de Tristán Suárez- llamado Nahacé, con el objetivo de juntar donaciones de ropa, alimentos, medicamentos útiles escolares y mucho más para ayudar a quienes lo necesitan.

Los voluntarios no solo colaboran con distintas instituciones llevando las donaciones sino que también realizan actividades educativas y recreativas con chicos carenciados a los que la sociedad y el Gobierno no les alcanzan una solución. Por lo que los adolescentes de este grupo les llevan momentos de alegría para que, por un rato, se olviden del presente que viven.



En nuestro país existen alrededor de 11 mil escuelitas rurales que se encuentran aisladas y con acceso complicados. Sus alumnos recorren grandes distancias para acceder a la educación básica. Los voluntarios de Nahacé también colaboran con una escuela rural de Corrientes, a la que viajan todos los años, que tiene grandes necesidades de infraestructura, alimentos y vestimenta.



Las autoridades no reaccionan, pero siempre están los buenos corazones dispuestos a ayudar. Ellos se mueven y llevan sonrisas y fuerza a todos esos chicos. Un ejemplo a seguir.

Haydeé Tag, directora del Departamento de Ayuda Solidaria de Cissab cuenta más detalles del grupo y sus proyectos.

- ¿Como esta compuesto actualmente el grupo?
- Nahacé, voluntarios adolescentes está compuesto por 17 voluntarios entre 14 y 17 años, coordinados profesionalmente y supervisados por la dirección del departamento.

- ¿Cual es el objetivo propuesto y a que apuntan?
- La misión que los convoca es realizar un intercambio cultural, que se genera y retroalimenta en la consideración y ayuda al otro. Sus acciones apuntan fundamentalmente a la niñez más vulnerable.

- ¿Con quienes colaboran?
- Los voluntarios del proyecto colaboran con un Merendero, espacio de contención impulsado para recibir y canalizar necesidades de los niños de Tristán Suárez, con una Escuela Rural (Escuela Rural 678, Alcides Cabral del Paraje Las Palmitas, Corrientes), a la cual realizan una visita anual y con un Hogar de Ancianos.

- ¿Cuales son las actividades que realizan durante el año
- Actividades educativas y recreativas en el merendero de la Capilla Luján de Tristán Suárez, la preparación para el viaje anual, eventos de recaudación de fondos, de convocatoria a recursos humanos, tratando en todo lo posible que la solidaridad atraviese a toda la Institución.

- ¿En que consta el viaje?
- Es una preparación para un intercambio cultural entre los niños de la Zona, visita a las autoridades y profundización de un valor muy importante, lo que nosotros denominamos TZEDAKA, solidaridad y justicia social con las poblaciones mas necesitadas.

- ¿Cuales son las necesidades de la escuela y de los chicos?
- Tanto de Infraestructura, materiales y educativas. Los chicos tienen individualmente necesidades afectivas, transmisión de valores, de compartir la diversidad que se les presenta a diario, todo esto como ya explicara retroalimenta el valor de dar y recibir de nuestros voluntarios.

- ¿En que consiste el tractorazo del domingo? ¿Para quien ira distribuida la ayuda?
- El tractorazo que realizamos en Cissab, va precedido de una fuerte campaña de difusión, donde todos los socios de la institución están invitados a donar productos que no necesiten para su uso, ropa, bicicletas, colchones, como así también medicamentos y útiles escolares y los voluntarios pasan por las casas tomándolos, Esto se almacena en un deposito, luego se clasifica para el posterior envío, antes del viaje a la escuela rural donde se hace entrega.

- Están armando un proyecto en conjunto con las escuelas de Tristán Suárez. ¿De que se tarta?
- El proyecto que estamos armando tiene que ver con las problemáticas de discriminación que se dan en las escuelas de la zona que nos circunda entre los mismos chicos y sus familias. Queremos ayudarlos en esta temática a reducir hostilidades planteadas.

Por Daiana Niño

¡Un clavo no saca al otro!






El 28 de diciembre de 2007, alrededor de 1200 "cartoneros" se despidieron del único transporte público que les permitía trabajar en la Capital Federal y les aseguraba, durante la medianoche, el regreso a sus hogares en el Gran Buenos Aires: El tren blanco. La empresa Trenes de Buenos Aires (TBA), concesionaria de los ferrocarriles Mitre y Sarmiento, sustituyó los 4 vagones que conforman al último tren para cartoneros por camiones que circulan por el centro de la ciudad y no sólo empeoran el tránsito; sino que también afectan el trabajo de los recicladores.

Por entonces, TBA argumentó que el servicio se dio de baja por el deterioro en los vagones y, señaló a los cartoneros como los responsables, ya que eran los únicos que utilizaban el servicio. Basta saber que son alrededor de 12 mil las personas que cargan a diario grotescos carros sobre sus hombros con toneladas de cartón, y se entenderá la razón por la cual "el tren blanco" de la ex línea Mitre mostraba un estado deplorable. Además, vale recalcar que el famoso tren nunca se encontró acondicionado ni en óptimas condiciones.


A mediados de 2007, la ex línea Sarmiento había tomado la iniciativa de suplantar el transporte ferroviario por camiones, que acompañan el trayecto del tren común y donde ser cargan únicamente los carros. El abogado de la empresa TBA, Javier Mangino argumentó por entonces, en una entrevista que "los cartoneros viajaban con materiales inflamables, en vagones con ventanas soldadas y con barrotes que impedían la salida en caso de un incendio". Pero la realidad es que los ferrocarriles que van desde Retiro hasta Tigre y hasta José León Suárez pasan por cientos de villas de emergencia donde habitan gran parte de los recicladores de cartón y desde principios de 2008 es una travesía arribar allí ya que los camiones cuentan con una reducción horaria y se debe pagar aproximadamente 18 pesos mensuales para hacer uso del servicio al que TBA subenciona con 330 mil pesos por mes.

¿No se puede destinar ese dinero a la reacondicionar un tren blanco o a crear espacios de reciclaje? ¿Cuál es la función del Gobierno Nacional en este asunto? Hay infinidades de soluciones posibles que el Estado podría plantear, junto con TBA, para poner en marcha un transporte que permita a los trabajadores cartoneros trasladarse junto con su trabajo y que no damnifique a la ciudad y a sus habitantes, pero cuando se trata de los pobres siempre se toma el camino más simple, el que no requiere una rigurosa organización.

En abril de 2003, se reglamentó la ley 992 en donde se aceptaba y se regulaba la actividad del cartonero. Se decía que se les darían credenciales, pecheras, guantes, cursos y quien sabe cuantas más mentiras que nunca sucedieron. Recíen a comienzos del corriente (seis años más tarde), se les proveyó de pecheras con cintas refactarias, pero no a su totalidad.

El hecho de que la sociedad se acostumbre a ver cartoneros revolviendo residuos es aberrante, pero que encima se les impida transportarse en un medio público junto con sus elementos de trabajo roza la discriminación. Es hora de que el Gobierno de la Ciudad deje de aferrarse a los caprichos de un sector que se niega a ver la pobreza y busque una solución que beneficie a la sociedad en su integridad.




















Por Paula Galloni

sábado, 13 de junio de 2009

Una historia para recordar



"Las personas libres jamás podrán concebir lo que los libros significan para quienes vivimos encerrados”. Esta es una frase de Ana Frank, sacada del diario que escribió a escondidas, con tan solo 13 años, durante la ocupación nazi en Ámsterdam y recorrió el mundo entero.

A ochenta años de su nacimiento se inauguró ayer el Centro Ana Frank Argentina con la idea que sea un museo interactivo para capacitar sobre las injusticias e imponer el ejercicio de la memoria no solo en relación al holocausto, sino también a la última dictadura militar en el país.

Es la primera institución miembro de la Casa de Ana Frank en Holanda -antiguo escondite convertido hoy en museo- que se inaugura en América Latina y la segunda en el mundo, después de Berlín.



La institución cuenta y contará con el respaldo de la fundación Ana Frank, que investiga las expresiones y actos racistas y de discriminación actuales, y con el apoyo de organizaciones no gubernamentales y asociaciones civiles que realizaran distintas acciones y participarán de las actividades de concientización e información sobre xenofobia, violencia y derechos humanos.

Héctor Shalom, director del museo sostuvo que "el museo también contribuye a evitar que se conformen y persistan en la sociedad prácticas de exclusión y marginación, que actualmente se dan sobre los inmigrantes y jóvenes. Aún existen personas que responsabilizan a esos sectores por los males que vive la sociedad argentina".

Gracias a que Otto Frank, padre de Ana y único sobreviviente de la familia que publicó su diario, se pudo dar a conocer historias de vida y vivencias que muchos no pudieron llegar a contar, incluso Ana, y que hoy son testimonio del horror vivido durante esos años en que los nazis tomaron el poder en varios países Europeos.

La apertura del centro y la obra de teatro "El Diario de Ana Frank" representan espacios para que los argentinos puedan hacer memoria y concientizar.

Vea un fragmento de la película sobre su historia



Por Daiana Niño

martes, 9 de junio de 2009

La honestidad ante todo


Encontrar un importante monto de dinero y devolverlo, hoy en día, no es común. Mucho menos si el que lo halló recibe una recompensa y la dona a una Organización No Gubernamental.




“¡Que boludo!”, “¿Por qué no se lo quedó?”, “Si el que lo perdió tiene la culpa…”; son los comentarios que suelen escucharse a menudo cuando la noticia es que alguien encuentra plata y la devuelve. En Argentina, estamos acostumbrados a sorprendernos y cuestionar las buenas acciones.

Es el caso de Javier Maldonado, un joven de 31 años, estudiante de derecho, que el miércoles pasado encontró 137 mil dólares en la confitería del hotel Naindo, en La Rioja, y no paró hasta encontrar a sus dueños y devolvérselos. Resultó ser que los propietarios de la importante suma eran un grupo inversor australiano, y no dudaron en premiar la buena acción con 5 mil pesos.

Lo interesante es que Maldonado, miembro de UPAR, una ONG que asiste a personas con problemas sociales y laborales, destinó su premio a la asociación.

A partir de entonces comenzaron a lloverle las llamadas de diversos medios en donde la pregunta que no faltaba era por qué lo había donado.

Es muy triste escuchar tantas veces esa pregunta, a la que el joven debería haber refutada con un ¿por qué no hacerlo? En su lugar, decidió explicar el porque: "El dinero me va a servir para trabajar con mis compañeros del movimiento. Muchos de ellos no tienen una buena situación económica”.

Nuestra sociedad está manchada. Está equivocada. Es indiscutible que Maldonado hizo el bien para otros, pero que se le pregunte en incansables oportunidades porque lo hizo no es normal y habla mal del interesado en saber la respuesta.

Es reconfortante saber que existe gente como este nativo de Cruz del Eje que confesó, en una entrevista radial: “No hice más que devolver lo que no es mio”.


Entrevista a J.Maldonado por Eduardo German, periodista de Cadena3.com


Otros casos, otros ejemplos a seguir

26-05-09 / Rawson
Liliana Romero, una costurera sanjuanina, encontró 100 mil pesos tirados en la calle y se los devolvió a su dueño, un anciano que había ahorrado esa plata para comprar tierras y plantar cebolla. No aceptó recompensa.

22-04-09 / Chubut
Elido Godoy, un suboficial de Gendarmería Nacional, volvía a su casa, después de una larga noche de trabajo, y encontró un rollo de dinero que contenía 2500 pesos en un baldío. Lo primero que hizo fue dar aviso a la Policía que había recibido una denuncia de extravió de una suma mayor. La dueña de la plata era una docente que había cobrado su sueldo y el de una amiga. Lamentablemente el resto del dinero no fue encontrado. El gendarme que no aceptó recompensa.

21/12/05 / Rosario
Un matrimonio, dueños de un bar, encontraron 67 mil dólares en un bolso que había olvidado un cliente en una mesa de su local. Después de esperar tres horas y media, el propietario del dinero volvió desesperado. Era un agente inmobiliario que le ofreció a Guillermina Matorras un obsequio que ella no pudo aceptar.


Por Paula Galloni

“Crear Conciencia”




Ese es el nombre del proyecto de la organización Cascos Verdes para que jóvenes con discapacidades intelectuales accedan a la universidad a estudiar temas ambientales para luego capacitarse como educadores, insertarse en la sociedad y hasta poder tener una salida laboral.

Día a día, ellos conviven con la discapacidad, pero la supieron aceptar y hasta enfrentar. Ahora, desde la docencia, transmitirán un mensaje de concientización para que la sociedad se comprometa y respete el medio ambiente.



Con diploma en mano, nueve jóvenes de entre 18 y 30 años, con distintas discapacidades intelectuales se egresaron como educadores ambientales. También, gracias a la colaboración de la Universidad Católica Argentina (UCA) y la Universidad de San Andrés, que prestaron las aulas y los laboratorios para que los profesores puedan dictar las clases, la iniciativa se hizo posible.

El proyecto surgió en 2006 y hoy en día participan 42 alumnos. Dan charlas y prácticas en escuelas públicas y privadas de la ciudad y el conurbano sobre los cuidados ecológicos, enseñando cómo separar la basura para reciclar, a apagar las luces, a reutilizar hojas y mucho más. El jueves pasado se organizó una cena en el club hípico Argentino donde se presentó el proyecto públicamente. "Ser educador ambiental tiene que ver con compartir, con la conciencia, con la inclusión social", afirmó Javier Ureta, fundador de Cascos Verdes y agregó que varios educadores ya recibieron propuestas de trabajo.

En la argentina, el 7.1% de la población tiene alguna discapacidad, es decir 2.176.123 personas, según las publicaciones en la página oficial del INDEC. A muchos de estos jóvenes se les hace difícil y problemático el acceso a la educación, pero esta inactiva fue fundamental para incentivarlos a que luchen por recibir la enseñanza que merecen y por demostrar que a pesar de su discapacidad ellos pueden aportar mucho.

La Asociación Síndrome de Down de la República Argentina (ASDRA) reveló, a partir de una encuesta realizada a los padres en febrero de este año, que nueve de cada diez chicos con discapacidad intelectual tuvieron problemas para acceder a inscribirse en una escuela o acceder a un trabajo. Tras desafiar su discapacidad ahora apuntan a crear conciencia como educadores.

Los egresados, su paso por la universidad y la docencia


Testimonio de los alumnos, profesores y miembros de Cascos Verdes


Por Daiana Niño

jueves, 4 de junio de 2009

La pobreza es la primera causa de discriminación



El 75% de los casos de discriminación es por pobreza, según indica el
Mapa de la Discriminación realizado por el INADI en noviembre de 2008. A nadie le resulta raro escuchar los términos "villero", "negro" o "cabeza". Ya se volvieron cotidianos en el habla de los argentinos. Miles de imágenes en las calles porteñas o en el conurbano evidencian la marginación a los marginados. Como si no tener plata fuera una razón para tratar a alguien de forma despectiva, como si hubiera ciudadanos de primera y de segunda.

Cuando van a buscar trabajo, en las escuelas, en los negocios. La gente de clase baja es discriminada cotidianamente y ocupa el primer puesto en la lista de grupos sociales diferenciados de forma negativa en la encuesta del organismo.
Para el 44,6% de los participantes, la televisión es el lugar donde más se ven las prácticas discriminatorias. En los noticieros la delincuencia se asocia de manera directa a la pobreza y provoca el miedo y el rechazo hacia las personas de bajos recursos. Internet es sin lugar a dudas, otro de los lugares donde no se ejerce ninguna restricción.

Además de la postergación y el olvido por parte de las autridades, los pobres deben tolerar la marginalidad con que los tratan sus vecinos, sufriendo así una separación infinita.


Una denuncia desde adentro



Un grupo de adolescentes de la villa La Cava, cansados de que los discriminen por el lugar donde viven, puso en marcha el proyecto "Chicos rodando", un documental para mostrar "la verdadera cara" de su barrio.
En la película participan veintitres chicos que serán los encargados de la producción periodística y realización técnica, incluyendo cámaras, entrevistas y guión. La idea surgió en el taller Comunicación y Derechos que se dicta los sábados en una escuela del barrio y está a cargo de la Asociación Civil Empleo Joven (ACEJ), que junto a la productora URKO apoyan y fomentan "Chicos rodando".

"Queremos que vean que no somos delincuentes, que estudiamos, trabajamos y nos esforzamos por salir adelante y tener un futuro" explica Melina Martínez de 16 años.



Los protagnistas del documental buscan mostrar lo que ven y viven todos los días. Quieren que se vea que en gran parte de la villa no hay red de agua, que los nenes juegan entre la basura y el barro, que pasan sus días en condiciones precarias que afectan su salud y su desarrollo.

Cuentan que cuando van a pedir trabajo si dicen que viven en La Cava no los contratan, que no tienen una salita equipada para ir cuando se enferman y que están cansados de ver en la televisión cómo hablan de los pobres como si fueran delincuentes.

Los chicos se informaron y profundizaron sobre la problemática de los jóvenes en situación de riesgo. Reclaman que se respete la ley 13.298 de protección de los derechos de la infancia y que no se baje la edad de imputabilidad, sino qque piden que se contenga y ayude a los adolescentes que están inmersos en la pobreza.

"En el mundo de los derechos somos todos iguales y lo tenemos que hacer valer", sostiene Josefina Chavez, que a los 26 años es directora de ACEJ y coordina el taller de comunicación en La Cava.






Tienen planeado entrevistar a políticos y autoridades de la Municipalidad de San Isidro, provincia de Buenos Aires y el gobierno de la Nación, como también a vecinos del barrio y de afuera de la villa, para indagar cómo los ven.

"No somos peligrosos, estamos en peligro" denuncia el film y su objetivo es dar a conocer su versión de a realidad y que la gente y sobre todo las escuelas puedan ver debatir sobre lo que van a mostrar.

Actualmente, hay un proyecto de ley en el Congreso Nacional para declarar al documental "Chicos rodando" de interés parlamentario, fomentado por la diputada nacional Diana Conti.

El film empezará su rodaje oficial (ya tienen filmadas 20 horas) a fines de este mes y estiman terminarlo para agosto. Hay planes para que reciba el financiamiento del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA)
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Podés ver acá el avance de "Chicos Rodando"








Por María Sol Tiscornia